Cada oportunidad es una etapa, tenemos la decisión de aprovechar o no hacer nada con eso.
Soy profesora de Turismo y en los últimos dos años he estado trabajando en un área de difícil acceso, una escuela multigrado, uno de los pocos bachilleres de Panamá Oeste enclavados en media montaña. E increíble pero cierto, Bachiller en Comercio, ¡ajá!
Tuve la oportunidad de caminar casi todos los cerros o laderas circundantes a mi lugar de vivienda, en los terrenos de la escuela, bajo el propósito de conocer las familias y condiciones de mis estudiantes, además de entender el tiempo de recorrido y esfuerzos que llevan a diario para ir a estudiar.
Algunos de mis niños caminan 2 y hasta casi 3 horas de recorrido a pie desde comunidades como La Gloria, Tambora, Peñas Blancas, La Pifá, Ciri Grande, Hierba Buena y Cerro Colorado, entre otras.
Alrededor de Bajo Bonito abundan buenas rutas ya que, como lo dice su nombre, es un bajo, un valle rodeado de muchos cerros poblados.
Cascada La Gloria, cerca de casa de los Dominguez
Por supuesto que aquí las casas no están una al lado de la otra, e incluso en ocasiones me topé con viviendas que no se veían entre la espesura, curiosamente, siempre aparecía alguien en el momento justo que me iba a pasar la entrada.
Agradezco enormemente al colega, profesor de matemáticas Joshimar Navarro quien fue compañero de ruta en muchas ocasiones, quien también tenía la misión de visitar a cada uno de los chicos de su consejería y me invitaba de paso.
Les cuelgo algunas fotos de referencia:
Cascada Alba, Bajo BonitoCerca de Ciri, los ChirúRumbo a La TamboraLoma de los Sánchez
En Panamá Oeste, existe un lugar del cual quedamos maravillados. Una de esas experiencias que van más allá de lo que uno se imagina.
A orillas de la Carretera Interamericana hay un Restaurante de nombre “La Hacienda”, La Granja de Alicia queda justo detrás.
La atención es espectacular y es necesario hacer reserva ya que reciben bastantes visitantes de escuelas primarias y es mejor preguntar antes de ir.
Nosotros aprovechamos para almorzar y con calma esperamos nuestro turno. Nos recibió una guía que explicó absolutamente todo el movimiento de la granja, información de los animales y también curiosidades. La guía satisfizo todas nuestras inquietudes y a medida que avanzamos nos daban comida para dar a los animales.
Entre los que vimos están: caballos, poni, vacas y terneros, cabras y carneros, ovejas y cabritos. También conejos de diferentes razas, gallinas de varios tipos y hasta pavos, patos, wichichis (Dendrocygna autumnalis) con acceso a un estanque.
Uno de los favoritos de Francisco fue ver un cerdo de los llamados “mini pig” que acababa de parir y tenía varios tiernos cerditos.
Alimentamos las gallinas que corrían hacia nosotros buscando nuestras manos llenas de maíz, están muy acostumbradas al movimiento de la granja.
Al finalizar el recorrido, ofrecen el servicio de paseos a caballo (5$) alrededor de las instalaciones.
Tarifas: RESERVAS al 6689-0580
Adultos
$6.00
Niños con condición especial
$2.00
Jubilados
$3.00
Niños (0 a 11 meses entran gratis)
$4.00
El sitio también ofrece el servicio para Cumpleaños temáticos. La verdad es que La Granja de Alicia es un espectáculo tanto para niños como adultos, yo quedé maravillada conociendo tantos detalles de estos animales. El lugar está cuidadosamente cuidado y decorado también para tomar lindas fotos.
Una de las cosas favoritas de Fran son los animales, y no solo los peluditos y pequeños ¡sino todos! y este “zoológico marino”, como él le dice, es uno de sus favoritos.
El Centro Natural de Punta Culebra está ubicado en la Calzada de Amador, exactamente en isla Naos, accesible en auto y MetroBus. En el lugar, no solo se observa fauna marina, sino aves playeras, tienen un ranario espectacular; un área llamada “El Q-rioso” donde se aprecian fósiles y réplicas de huesos que se pueden ver con microscopios; en el bosque circundante se ven perezosos y abundan enormes iguanas. Uno de los animales más curiosos de ver son los gato manglatero o mapache boreal (Procyon lotor) que abundan en el Humedal Bahía de Panamá.
Los guías del sitio son espectaculares y la información que proporcionan es muy enriquecedora. Matías nos explicó la importancia de las ranas en los ecosistemas panameños y nos deleitamos con el canto de algunas de ellas. Tienen Ranas dardo de diferentes morfos o colores; Atelopus, familia de la Rana Dorada; la Oophaga pumilio nos sorprendió con notas muy altas.
Hay diversas tinas en las que se puede observar peces como pez erizo, pez globo, tiburón nodriza, estrellas de mar y pepinos. También tienen una Exhibición de Ecosistemas de Agua Dulce de Panamá y un salón llamado “Acuario Dos Océanos” donde en ocasiones anteriores hemos observado Pez León y tienen curiosas especies como la Morena.
Detrás, tienen un mirador con un telescopio para observar la fauna del Pacífico.
Nos emocionamos porque vimos que pronto también tendrán un Mariposario.
El sitio posee áreas para picnic con agua para lavarse las manos, baños muy limpios y asientos curiosos para los niños. Importante: no se deben alimentar a los mapaches.
Al salir, tomamos un sendero por la parte de arriba que nos llevó directo al estacionamiento.
Tarifas:
Residentes
$5.00
No Residentes
$8.00
Jubilados
$2.50
Niños (menores de 13)
$2.00
Abierto al público de miércoles a viernes de 1 PM a 4 PM, sábado y domingo de 9 AM a 4 PM
En los alrededores de la laguna de San Carlos hay varios cerros interesantes para hacer senderismo, algunos con más dificultad que otros. En esta ocasión nos enfocamos en Cerro Sapo, con el acceso más sencillo.
Cómo llegar
Coloca “Laguna de San Carlos” en waze. Si andas en transporte público, toma un bus de Coronado que te deje en la entrada de Las Lajas. Ahí mismo están los busitos que dicen Laguna. Te van a dejar en el inicio de una calle de piedra que debes caminar y justo antes de llegar a la laguna, a mano derecha se ve la entrada que inicia el camino, está marcada.
Empieza el ascenso y cuando llegas al primer claro arriba, miras a la derecha en donde está la entrada hacia Cerro Sapo.
De ahí en adelante el camino es plano hasta que te acercas a las enormes rocas que parecen dedos saliendo de la montaña.
La vista es hermosa. La neblina cubre por momentos al Cerro Picacho, que le queda en frente. Al caminar un poco más y acercarnos a las rocas, divisamos a lo lejos La Laguna de San Carlos, completa se ve desde este punto.
El día era perfecto porque había nubes y leve llovizna, realmente lo mío no es el sol. La brisa fría me pegaba de lleno en el rostro. Agradezco siempre la oportunidad de estar en lugares llenos de magia, donde uno ve la neblina venir encima.
Un perro apareció de la nada y me acompañó en el camino de regreso. Este es un cerro sencillo y nivel intermedio, se puede subir con niños. Solo prestar atención cuando hay mucha brisa en la cima.
Al bajar, me di un baño en la laguna, como había ido en día de semana, habían pocas personas, tenía la laguna para mi solita. (Entrada 1$ en día de semana)
Vivo buscando lugares cerca de casa para caminar y compartir con mi hijo. El parque Metropolitano es uno de sus lugares favoritos porque él ama las tortugas y ahí hay un estanque donde hay muchas.
Iniciamos caminando por el Sendero Dorothy Wilson, homologado con aceras de cemento y continuamos hacia la Laguna Jicotea, ya que la misma está llena de estas interesantes tortugas Jicotea o de “orejas rojas” cuyo nombre científico es (Trachemys venusta) y son bastante común de ver como mascota en hogares panameños.
Francisco es muy observador y tiene los sentidos muy desarrollados, de inmediato escuchó y avistó un mono tití (Saguinus geoffroyi), entre las ramas cerca al sendero. Un poco más adelante y vio un venado. Primera vez que yo veía uno en el Metropolitano. El venado comía algo entre unos árboles cercanos a la calle circundante y estaba muy camuflado con el entorno.
Seguimos con el Sendero El Roble, donde observamos variadas aves y vistas muy lindas del bosque. De ahí subimos al Sendero Los Caobos, donde pusimos nuestro colchoncito inflable y disfrutamos de un picnic y tarde amena, recostados viendo los aviones pasar, así como las aves rapaces que pasaban volando; la vista en este sendero es espectacular, se ve parte del Pacífico de la ciudad de Panamá. Ambos miradores son espectaculares.
Bajamos por el Sendero del Mono Tití, observando la diversa flora. Tengo un libro de las plantas del parque y con el de aves, resulta un verdadero safari para mi hijo. Llegamos hasta el Mirador Los Trinos donde descansamos para bajar la última loma, pasando cerca de la grúa y luego salimos a la garita casi en la calle. Aquí encontramos agua para lavarnos las manos y continuar lo poco que hacía falta.
No cabe duda que pasar el día en este parque es sumamente divertido.
Recomendaciones: – Ir temprano, ya que el parque cierra a las 4pm – No se admiten mascotas, por el mismo hecho de ser un parque natural donde ya existe fauna. – Lleva agua y comida. – No te salgas de los senderos. – Ve con ropa cómoda y zapatillas. – Llévate tus desperdicios
Tarifas:
Adultos nacionales: $1.00 / Niños y jubilados ¢0.50 Adultos extranjeros $4.00/ Niños 2.00 Niños menores de 3 años no pagan
Tenía muchos años sin visitar Taboga hasta que hace poco me invitaron y quedé maravillada. Tomamos el bote en isla Naos, con un costo de 17$ por persona ida y vuelta y 10.50$ los niños y 5$ las mascotas.
El bote tiene la parte de arriba, para mayor visibilidad y la parte de abajo que resguarda de la brisa y sol. El viaje en bote demora media hora.
Una vez en el muelle, están los policías del SENAN (Servicio Nacional Aeronaval) revisando las mochilas y bolsas, ya que para poder acceder a la isla, no se debe llevar cosas de vidrio ni armas. Se puede llevar comida, bebida, latas en general, puedes llevar tus cervezas, tu cooler pequeño sin problemas.
En Taboga hay variadas actividades: se puede caminar por el pueblo, visitar diferentes lugares de interés como la Casa de Rogelio Sinán, La Iglesia de San Pedro, Cerro La Cruz, etc.
Hay 2 playas cercanas al muelle, la que más me gustó fue La Restinga, ya que sus aguas se mantienen calmadas, el fondo es arena, mantiene una red de seguridad y cuando la marea es baja, una barra de arena separa la isla de otra pequeña, conocida como El Morro de Taboga; contraria a La Restringa hay otra playa, cuyas olas pegan directamente con mar Pacífico abierto.
Como fui con Francisco, me quedé tranquila en playa Restringa y de verdad que fue deleite y tranquilidad. A pesar de haber ido un miércoles, la playa se fue llenando de visitantes, pero nada que exagerar. En la misma te alquilan paraguas y sillas. Nosotros alquilamos un paraguas (6$) ya que habíamos llevado donde echarnos.
Hay variados sitios donde ofrecen el servicio de baño y cambiadores a precios módicos. 1$, 2$. Comida hay infinidad de oferta que va desde 5$ en adelante, dependiendo de lo que desees. Pero también puedes llevar tu comida y bebidas.
Me agradó que el ambiente era tranquilo, evitando la contaminación sonora.
A las 4 en punto regresaba nuestro bote, y ya a las 3.45pm estábamos en él. Esto es importante porque puedes quedarte sin bote para regresar.
En Panamá hay varios servicios de bote para llegar a Taboga y están en el mismo rango de precio, todos salen de la Calzada de Amador a la cual es fácil llegar también en taxi o metrobús.
Su forma es llamativa, diferente. Picos puntiagudos y son varios, ningún cerro en Panamá se asemeja. Soy de las que se pregunta siempre: ¿Cómo se formó esto?
Bien,
En cuanto a edad geológica, en el Jurásico Superior se inician las primeras actividades volcánicas submarinas que dan origen al Istmo de Panamá. Se inician las intrusiones graníticas en lo que serán luego las Serranías de Chiriquí, Macizo de Canajagua, Sierra Llorona de Portobelo, Cordillera de San Blas y Tacarcuna, Montañas de Chimán y Darién.
En el Cretáceo, las rocas más antiguas del Istmo de Panamá las encontramos en las Penínsulas de Las Palmas y Azuero, en el lago Gatún, Cordillera de San Blas, Serranías de Majé y El Sapo.
En el Paleoceno y Eoceno, continúa la formación del Istmo de Panamá, pero en mares poco profundos.
En el Oligoceno, se da una intensa actividad volcánica en la parte Septentrional de América Central. Formaciones como Santiago y Montijo (Veraguas). Cerro Bombacho (Los Santos) Uscar (Bocas del Toro). Bohío, Emperador, Culebra, Cucaracha y Caimito (zona del Canal).
En el Mioceno, grandes cuencas de sedimentación en las actuales tierras bajas de Panamá y Costa Rica. Levantamiento rápido de las Cordilleras de Talamanca y Serranía del Tabasará. El istmo de América Central estaba totalmente revelado. A este período corresponden las rocas sedimentarias más importantes encontradas en Panamá. Formaciones: Mont Hope, Chilibrillo, Gatún (Zona del Canal), Tuira, Chucunaque y Topaliza (Darién). Laguna de Chiriquí, Península de Valiente, Gatún, Uscar (Bocas del Toro). Santiago (Veraguas).
Y aquí es donde llega el Plioceno, para mi, uno de los tiempos geológicos más importantes ya que se termina de cerrar el Istmo de Panamá, separando el Mar Caribe del Océano Pacífico.
Grandes movimientos horizontales lentos que se producen para formar cordilleras y epirogénicos o movimientos verticales que generan solevantamiento (Levantar algo empujando de abajo arriba) y hundimiento de bloques. Las regiones de América Central Ístmica e Insular quedan perfiladas en sus contornos actuales. Los volcanes Barú y El Valle muestran gran actividad. Grandes flujos de lava forman el cerro de Chame y los Picachos de Olá.
Los Picachos de Olá, son domos de lava dacítica, que es la parte más superficial de la columna magmática de un volcán; se genera después de que el magma viscoso sale del conducto volcánico, se acumula y tapa el cráter. La edad de los Picachos varía entre 1,9 a 1,7 Millones de años.
Como escribí anteriormente sobre este sitio, cito:
Producto de estos choques de placas en donde una se metía debajo de otra se dieron fusiones del manto terrestre provocando fisuras por donde se logró colar el magma hacia el exterior originando una cadena de eventos volcánicos que facilitó el emerger de islas volcánicas que lograron interconectarse formando el territorio firme del Istmo de Panamá.
Cerro Picacho por consiguiente se formó como parte de este proceso dado su origen volcánico. Como es una extensión al sur de la Cordillera Central en donde se encuentran las montañas más viejas, se calcula que su edad geológica es más reciente, y su desarrollo tuvo lugar hasta los inicios del Pleistoceno.
El Picacho tuvo una forma cónica al principio como cualquier volcán pero debido a la naturaleza violenta de sus erupciones volcánicas, éste fue destruido dejándolo inactivo y en la forma actual.
Al llegar a la entrada lo distingues por un pequeño banner a orilla de calle, debes pagar 2$ por persona y hay donde aparcar autos.
Calle en buenas condiciones
El ascenso inicia bordeando algunas casas y casi de inmediato inicia un abrupto ascenso sobre roca suelta y paja a los lados, que en cierta época, al existir la paja da la sensación de ir entre matorrales pero en otra época del año cuando no hay, puede ser muy peligroso, al punto que en el cerro han habido accidentes de grandes caídas y muerte.
Recomiendo ampliamente hacer el ascenso en la mañana o en la tarde, nunca en horas donde el sol pegue de forma completamente directa ya que aquí no hay donde resguardarse y el calor puede ser letal.
En términos de tiempo, es corto. Se puede subir en menos de 1 hora. La vista desde la cima es impresionante. Los atardeceres y amaneceres en este lugar valen demasiado la pena. En la cima hay un pequeño espacio plano para descansar.
Al bajar, hazlo con paciencia, cero apuros. Un mal paso y puede ser fatal. Si tienes trekking poles, no dudes en llevarlos, si no, consigue un palo largo o pídelo en la entrada.
Recomendaciones: – Agua – Bloqueador solar – Lunch – Siempre lleva algo dulce – Gorra – Zapatillas con buenas suelas. – Ropa holgada.
Disfruta la vista y ojalá leas esto antes de visitar el sitio para que puedas imaginar todos esos movimientos orogénicos del pleistoceno.
Bien, no es la más alta del país pero si es una de ellas, en caída libre. Para llegar manejas con waze hasta Soloy, ¡427km! o tomas un autobús en la terminal de Albrook, te vas hasta David y ahà tomas un bus que diga Soloy, PERO, te va a tomar mucho más tiempo.
La carretera desde la Interamericana hasta Soloy está en pedazos. Difícil para un auto sedán.
Una vez en Soloy, con cuidado. Deberás procurar sentirte familiarizado en un área rural e indígena, ya que estarás dentro de la comarca Ngabe Buglé, del lado de Besiko. Ahora bien, si fuiste en auto sedán, debes buscar un sitio donde dejar el auto y preguntar donde está la ruta de Banco o Cerro Banco y ahí solicitar que te dejen en la entrada de la cascada, la cual, tiene 2 entradas. Si andas en 4×4, sigue la ruta de Cerro Banco y toma la entrada que prefieras.
Ahora, en ambos accesos, la entrada a la cascada tiene un costo de 5$, el primer acceso te lleva directo a la cascada en descenso vertiginoso pero más rápido y también tiene acceso a la cascada Romelio.
El segundo acceso es el que está luego de pasar la escuela de Banco y al entrar debes realizar un sendero arbolado, pasar un río y luego accedes a la cascada Kiki, en un post anterior expliqué por qué se llama KIKI.
Puedes contactar al restaurante “Mro”(6431-6089), donde también ofrecen tours, alimentación, parking.
En esta ocasión también fui a modo ritual en celebración de mis 35 años (¡oh sí!) y siempre, siempre va a ser una excelente idea acudir a este templo natural bajo cualquier excusa.
Kiki guarda una leyenda relacionada con una maestra que falleció ahí al ir a recoger una flor, por un sueño que había tenido, justo después de conocer su nombramiento como educadora fuera de la comarca. Yo, también soy educadora.
Como siempre y como buen guía de turismo, aunque vaya con amigos, uno desea que la gente entienda, aprenda, amen el sitio igual que uno pero a veces no se puede. Cada quien con sus emociones e inspiraciones.
Pero para quienes leen e interesa, me voy a concentrar en otra cosa: orografía e historia geológica.
Besiko, Comarca Ngabe Bugle:
En la Comarca Ngäbe Buglé predominan las colinas y cerros bajos, con elevaciones que oscilan entre los 400 y 1.000 msnm, producto del levantamiento de cuencas sedimentarias por empujes verticales. En el lado Caribe de la Comarca se localizan tierras bajas inundables derivadas de acumulaciones sedimentarias de origen marino.
Cascada Kiki
En contraposición a esto, el eje montañoso que divide ambas vertientes de la Comarca está formado por montañas y macizos de origen volcánico, que en conjunto conforman tanto la cordillera chiricana como la cordillera central.
Sus montañas en su mayoría están compuestas de roca volcánica y plutónica afectada por fenómenos intrusivos y que cubren la mayor parte de la comarca Ngäbe-Buglé. Forman valles profundos en disposición norte-sur con fuertes pendientes horadadas por ríos de carácter torrencial, de gran poder erosivo y cortos por la poca distancia entre su nacimiento y su desembocadura.
Curiosamente, esta área contiene varias enormes cascadas con más de 100 metros de altura desde su base. También conocimos la cascada Romelio, tomando un camino cercano a Kiki. Conserva este nombre por ser el de uno de los primeros moradores del área.
Romelio es igual o más alta que Kiki y su caída libre es vertiginosa, peligrosa. La mayoría de la gente no baja, solo llegan al mirador. El camino hacia allá es completamente bajo el sol y cruzando unas fincas con vacas. Los mismos 5$ con los que entras a Kiki, te permiten conocer Romelio.
A 28 km que se resumen en casi 45 minutos de la carretera Interamericana se encuentra Cascada Las Mesitas en la comunidad Hijo de Dios, corregimiento de El Copé de Olá.
El sitio es accesible, su costo por entrada es de 1$ por persona y 2$ por cuidarte el auto.
Agua cristalina.
Sendero sencillo y marcado, fácil, entre la sombra de los árboles. Si subes por el río, hay que tener cuidado con el cruce de rocas, aunque nada que no se pueda hacer con paciencia. En época lluviosa, se sigue el curso del sendero hasta llegar al río.
Me cuentan que la cascada debe su nombre a que, hace un tiempo, residía un hombre que se dedicaba a elaborar mesitas.
El pueblo de Olá, aunque es pequeño, es muy vistoso, su iglesia y los Picachos lo hacen mágico.
La mejor época para visitar este chorro es entre los meses de diciembre a febrero ya que mantiene buen caudal y el color del agua es espectacularmente turquesa.
IncreÃble color del aguaEl camino al final es pedregoso.
En la parte de arriba de la cascada hay una con mayor altura pero sin una poza para nadar por lo cual los bañistas prefieren la de abajo.
Nosotros, buscando comodidad, primero fuimos a la cascada, de regreso subimos el cerro Picachos y para finalizar fuimos a los Chorros de Olá; pero para poder hacer algo así debes tener conocimiento del área, manejar bien el tiempo y salir temprano de donde vengas para que el día te alcance.
Cerca de Las Mesitas también hay un balneario llamado San Antonio en San Roque, muy bonito y cómodo para ir en familia.
Recomendaciones:
Lleva agua y comida ya que no hay restaurantes cerca.
Desde que me llamaron para trabajar como profesora en Bajo Bonito, quedé boquiabierta; no podía creer que existiera tanta casualidad. Conozco el sitio desde niña, ya que mi tía Hilda trabajó hace 30 años en esa misma escuela. Para mí, era algo de locos… en el mejor sentido.
La escuela está ubicada después de cruzar dos pasos de río, por ambas rutas posibles. Queda casi aislada, rodeada por el cauce, lo que le da esa belleza exótica de vivir y dormir con el sonido del agua, y de interrumpir, de vez en cuando, el silencio del aula con el estruendo de sus crecidas.
Por reglas internas no tuve muchas oportunidades seguidas de disfrutar del río, pero las pocas veces que me escapé, lo disfruté al máximo.
En algunas ocasiones llegué hasta la cascada. Siempre es una delicia caminar por este pueblito: sus caminos de tierra bordean el paisaje y te llevan directo hasta ella. Tiene dos accesos: uno que llega a la parte alta de la cascada y otro sendero que conduce por la parte baja.
Aunque es de fácil acceso a pie, el trayecto hasta el Bajo requiere de un buen 4×4, ya que se deben cruzar varios ríos o quebradas. Solo hay una vía principal que te lleva hasta allí.
En el Bajo, la gente es lo máximo, ¡se los juro! Son personas increíblemente amables y cálidas. Como en cualquier lugar del mundo, por razones de seguridad es recomendable andar en compañía, por si ocurre algún accidente y alguien puede ayudarte. Hay tiendas en el área y muchas familias se dedican a la producción de verduras y hortalizas.
¿Y qué decir de mis estudiantes? ¡Los mejores del mundo! Chicos tranquilos, callados, respetuosos… al punto que a veces era un reto sacarles una respuesta o una pregunta. Son verdaderos luchadores; algunos caminan varias horas para poder asistir a clases o, como dicen allá, “voltean lomas”.
Mis niños de Los Pinos, de La Gloria, del Jagua, Peñas Blancas y los del mismo Bajo… a cada uno los llevo en mi corazón con un cariño enorme. Espero que me cumplan la promesa de llevarme a conocer las cascadas de sus pueblos, y confío en que cumplirán sus sueños. Para mí, siempre será un honor ser su madrina, ¡de todos si es necesario!
Una guía de turismo ecológico en Panamá, dedicada a descubrir ríos, montañas, senderos y aventuras en la naturaleza. Ideal para los amantes del aire libre y la exploración rural.