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Ascenso Cerro La Cruz, Parque Nacional Altos de Campana

Mis primeras veces en Campana, fueron en solitario. Me tomaba el tiempo de irme hasta la piquera de Capira y esperar la “chiva” de Menchaca. Alguna de esas veces me tocó regresar en la parte trasera de un camión lleno de estiércol ya que en ese tiempo (2007-2008) después de las 6 de la tarde era difícil conseguir transporte.

Desde cuando uno viene por la carretera de Chorrera, hasta Capira puedes ir viendo el Parque Nacional Altos de Campana y sus cerros, con simplemente prestar un poco de atención puedes ver Cerro Campana (1,007 m.s.n.m), y  Cerro Trinidad (969 m.s.n.m).

Cuando ya vas encaminado en la carretera hacia Altos de Campana, puedes ver a lo lejos el paisaje sacado de algún capitulo de “Heidi”, las formaciones rocosas, la Bahía de Chame, con sus impresionantes manglares que cubren la boca del río del mismo nombre y que crean una forma que para mi es como una pata de gallina.

Cómo llegar:

Antes de iniciar tu caminata debes…

Es necesario pasar por la caseta de Mi Ambiente, Antiguo ANAM, registrarte y dar por hecho que vas a estar en los senderos. El costo por entrada al parque para persona nacional es de 3$ y extranjeros 5$. Para acampar debes pagar 5$ por camping (actualmente deshabilitado 2022)  y hay varios sitios donde puedes hacerlo. No te salgas de los senderos pues te puedes perder.

Geomorfologí­a

Se trata de una extensión de la formación ígnea del volcán del Valle de Antón. Su pasada acción volcánica queda claramente reflejada en su quebrado relieve en el que se observan espectaculares acantilados, campos de lava, capas volcánicas y otras numerosas manifestaciones que hablan de un pasado geológico súper intenso.

También se observa la cuenca del Canal, donde tiene origen el río Trinidad y Cirí­, varios de sus principales afluentes y se haya la cabecera de los principales ríos de la región. Así­, en su vertiente pacifica nacen en él los ríos Chame, Perequeté y Caimito.

Las temperaturas palpables van entre 20° y 24° grados centí­grados, mientras que las precipitaciones superan los 2,500 milímetros cada año, o sea un área verdaderamente privilegiada.

NO ESTOY, el nombre de la finca por donde esta el camino hacia el Cerro la Cruz y el nombre se ve desde la carretera, es allí mismo donde te debes bajar y empezar a caminar, en ese mismo lugar es donde se dejan los autos.

La primera vez que fui, había estado lloviendo así que todo estaba empapado y había neblina. Caminé con mis amigos sin rumbo fijo ya que ninguno antes había subido este cerro.

Olor a corteza, a materia putrefacta, mucha humedad. Llegamos a unas bancas y nos sentamos cinco  minutos. Seguimos caminando y entonces cavilamos que venía lo bueno. La primera vez que se sube un cerro siempre es emocionante, y ésto que les cuento fue por allá por el año 2007.

Subimos sin parar, bajamos y volvimos a subir. 26 especies de plantas endémicas, alrededor de 200 tipos de árboles, 342 arbustos, 267 especies de aves (48 de ellas migratorias), 62 especies de anfibios, 86 de reptiles ¡ESTÁBAMOS RODEADOS! Pero solo nos rozamos con especies de insectos, mas no con otro tipo de animales ya que estuvimos haciendo ruido.

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Mas adelante nos topamos con un letrero pequeño y no descifrable, que estaba en medio de dos caminos, yo sugerí­ el camino de la izquierda, que subía más aún y en el cual el clima se fue haciendo mas templado y húmedo, frío. Los árboles nos encerraron en oscuridad y el lodo se hizo más fangoso y fue allí­ donde nos dimos cuenta que no habí­a mas camino, así que estábamos en el camino equivocado. ¿Perdidos? Lo tomamos con calma, era el camino hacia el Cerro Campana, uno de los más altos de la región.

De regreso a nuestro camino inicial, Evelin resbalo y cayó y soltamos carcajadas, un minuto después y a causa de mis burlas me caí en el mismo lugar, Max se sostuvo infalible.

Llegamos donde habíamos visto antes aquel letrero y al caminar hacia el sendero de la derecha vislumbramos unas barandas color verde que iban en bajada, denotaba que nadie lo usaba, de hecho, nunca vimos gente en todo el camino

Ya estábamos sucios así que lo de las barandas lo tomamos como algo muy divertido y prácticamente nos deslizamos por ellas hasta llegar a un claro. Estábamos en pleno febrero, pero allá arriba el rocío y la humedad mantienen todo mojado.

Seguimos subiendo lo que ya representaba lo último, llegamos a una parte donde teníamos que pasar por encima de algunas piedras y entonces vimos la Cruz.

Para nuestra sorpresa antes que nosotros ya habían llegado dos jóvenes. Escalamos el peñón final y llegamos a la cruz. (No subas si no tienes experiencia en escalada, menos si andas solo)

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Casi llegando a la Cruz.
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Vista desde La Cruz

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Desde “La Cruz” (N 8º 41.169′ W 79º 55.173′) a 900 metros sobre el nivel del mar se contemplan no sólo unas espectaculares vistas de la cuenca del Canal, sino también unas extraordinarias vistas de la Bahía de Chame, delimitada por la Punta Chame.

Cuando miras alrededor te dan escalofríos, te sientes encima del mundo, coronando el cerro, se veí­a todo lo considerable para sentir que estábamos en el cielo.

El viento era fuerte, nos quedamos minutos enteros sin hablar, contemplando la belleza del lugar. Luego de dos horas en la Cruz, bajamos tan contentos que no sentimos el descenso.

Años han pasado, y por mínimo lo subimos 3 veces al año, lo tenemos de relajo ya pero, jamás deja de callarnos la boca esa vista desde la gran roca de la cruz.

En el Parque Nacional Campana no solo está el Sendero La Cruz, hay 4 senderos más que también son muy interesantes: Sendero La Rana Dorada, Sendero Panamá, Sendero Podocarpus, Sendero Samora.

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Mapa interactivo del área.

Camping:

En el sendero Podocarpus, la vista para acampar es muy linda. Personalmente me gusta caminar hasta encontrar el sitio perfecto y por eso acampamos en la parte baja de Cerro La Cruz y ha sido una experiencia magnifica: el frío de la tarde, noche y madrugada es algo que me encanta. En la noche, hemos escuchado gran cantidad de animales merodeando, incluyendo búhos y pequeños felinos.

Aquí en este lado del parque, es necesario llevar agua y todo lo necesario para hacer una buena fogata, algo para cubrir el camping en caso de que llueva y comida ligera. En estos casos, si posees disponibilidad de tener una estufa de camping es lo mejor, ya que la fogata no cualquiera la enciende en un área tan húmeda.

Lo demás es ¡disfrute para los sentidos!

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Reserva Natural Nusagandi

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Aquel día salimos a eso de las 9am; teníamos planeado hacerlo más temprano, pero no recuerdo la razón de la tardanza.

El autobús, de alguna ruta entre Chepo y La Mesa. Se tomó una hora y media más o menos hasta llegar a la entrada del Llano, Cartí­. De ahí 19 Km más de carretera no pavimentada, y comprendo ahora, que solo esos buses logran hacer tales maniobras. (Ya la carretera está pavimentada en gran parte del tramo, aquella vez, no lo estaba. 2005)

En la mitad del camino está personal del Congreso General Guna, donde los carros deben detenerse por algunos minutos, ellos cobran USD 6.00 por persona para entrar a la comarca de Guna Yala.

Nusagandi es un área que se encuentra ubicada en la mitad del camino El Llano Carti. El Llano es una comunidad que está a orillas de la carretera Panamericana cerca de Chepo. Por otra parte, Carti, el otro extremo del camino, corresponde a un Área de tierra firme en las costas del Corregimiento de Narganá en la Comarca Guna Yala. En el área de Nusagandi no hay población radicada.

Llegamos al “Hotel”, El lodge de Nusagandi, una edificación de madera con 2 pisos y un balcón con vista hacia la selva tupida, con los baños a unos 30 metros del edificio, el comedor en una lomita a unos 50 metros de la misma. Nos dividimos en dos, las damas dormirían arriba, los varones en la planta baja.

Lo mejor que se puede hacer es llevar sabana y almohadas propias ya que es un lugar poco visitado y ecológico, donde se va a ver la naturaleza y sus componentes.

Nusagandi está dentro de los límites de una reserva de vida silvestre, conocida como el área Silvestre de Narganá, creada por Pemansky, un grupo conservacionista de Guna Yala. Todas las personas que trabajan en este lugar son Gunas, te atienden excelentemente bien y a la vez de una manera muy humilde y son ellos los que te guían ya que son los Únicos que conocen estos terrenos a la perfección.

Los científicos del Smithsonian se han referido muchas veces a esta reserva como una de las diez más importantes del mundo en términos de variedad de flora y fauna.

El Sendero Ina Igar (sendero de plantas medicinales) fue el primero en visitar, donde nos mostraron más de 50 plantas endémicas, tiene una extensión se 1.3Km., caminata nivel bajo, acompañada con la explicación de cada planta, marcadas con sus nombres y muy bien cuidadas. Fue gracioso ver que entramos por un camino casi invisible cerca de la carretera de piedra y salimos por la parte de atrás del lodge.

Aquel primer día, no teníamos planeado visitar ningún sendero más, pero convencimos al guía y éste junto con nuestro profesor, accedió a llevarnos.

El Sendero Yannu Igar (sendero de pecari o zaíno), en este sendero caminamos bastante, nos enlodamos demasiado y tuvimos que utilizar el sentido de apoyo y ayudarnos unos a los otros para poder cruzar los barrancos y pequeñas trochas que había a nuestro paso.

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Todo aquel que en algún momento fue enemigo, olvidó sus rencores para sobrevivir a la aventura. Fue tan divertido que casi todos nos caímos a causa de lo resbaloso del sendero.

También vimos una serpiente de tamaño considerable y el guía nos prohibió hacerle daño, ya que lo que está dentro de la reserva es intocable. Más adelante tuvimos la experiencia fenomenal de ver monos en su vida silvestre, los cuales nos arrojaban coquitos.

Y llegamos a un río muy frío y caminamos sobre las piedras hasta llegar a una pequeña cascada escondida. Allá­ nos tomamos muchas fotos y nos refrescamos. Al salir de la cascada, una compañera sufrió de calambres e intenté ayudarla dándole un masaje en los pies, seguimos caminando y entonces fui yo la sufrida, ya que el cambio de temperatura me golpeó, así­ que tuve que caminar todo el sendero de regreso con la ayuda del guía y de mis compañeros. He aquí­ la importancia de comer bien al hacer este tipo de ejercicios.

Llegamos al lodge y nos dimos un buen baño con las aguas recicladas de la lluvia y ya en la noche nos reunimos en el balcón a conversar. Ya a eso de las 11pm nos fuimos a dormir y sinceramente yo no pude dormir mucho, escuchando el sonido de la naturaleza: animales aullando, gritando, era un solo alboroto hermoso y perfecto que solo la madre tierra puede emitir.

Al día siguiente, me desayuné bien y me preparé para el siguiente sendero, El Ibe Igar (sendero de la cascada) con una extensión de 2.06 Km. lleno de lodo y barrancos, pero que a pesar de todo, lo sentí­ de menos dificultad, tuvimos que pasar sobre varias quebradas con bosque de hermosura admirable, hasta llegar a la gran cascada que se escuchaba a los lejos. Una cascada de unos 8 a 10 metros de alto, con un charco considerablemente hondo. Bajo la cascada, nuestros guías instalaron una cuerda gruesa para deslizarse por ella y pasar por debajo y sentir su fuerza. Hubo quienes hicieron clavados, nadaron, tomaron sol, fotos y cualquiera actividad que pudieras realizar en medio de la selva.

Ya después caminamos de regreso a al lodge y el bus nos esperaba para ir de vuelta a la ciudad.

Un inolvidable paseo que despertó en mi, el amor a la naturaleza y a sus senderos.

Isla Grande, Colón

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Salimos a las 2:30 Pm de la terminal de Albrook, llegamos al Supermercado Rey de Sabanitas pensando en esperar un bus que nos llevara a la Guaira, pasó mucho tiempo y no pasaba ningún bus así­ que decidimos preguntar a un taxista cuanto nos cobraba hasta la Guaira.

Muy amable un Señor de apodo Chilo nos llevó y dijo que le pagáramos lo que quisiéramos, cosa que no creí­, el caso es que de Sabanitas, hasta Isla Grande, y con cervezas pagadas por él, nos cobro 15 dólares hasta la Guaira. ¡Muy barato!

En La Guayra un señor muy servicial nos dijo que fuéramos a su hotel, Don Ñato, y tomamos la lancha a eso de las 7Pm, luego de 5 minutos estuvimos en el muelle que nos dejo en frente del hotel. Cuarenta y cinco dólares por los tres en una habitación de dos recamara, bastante bien. (2009)

La Isla Grande es una isla del Mar Caribe. A pesar de lo que indica su nombre se trata de una isla de dimensiones pequeñas en la cual se encuentra la famosa estatua del Cristo Negro en los corales. El acceso a la isla es a través de lanchas que manejan los locales; estando a una hora de la ciudad de Colón no está permitido el ingreso de automóviles pues solo hay senderos para caminar. Posee una gran riqueza gastronómica y cultural. En recientes revisiones históricas se ha llegado a la conclusión de que esta isla es el Bastimento que mencionan Cristobal Colón y Rodrigo de Bastidas en sus crónicas de viajes entre 1502 y 1503.

A esa hora fuimos a comer algo a un restaurante llamado Congo, no muy agradable. Luego a Playa La Punta a eso de las 9Pm a bañarnos un rato y sin poder ver nada en el mar, pero con la inmensidad del mismo al frente y con un cielo estrellado, tomamos un poco de vino y disfrutamos del viento de la noche.

Y fuimos a bailar Congo y los lugareños empezaron a bailar con nosotros, los niños también y hasta varios extranjeros. Y qué casualidad que aquella noche era la izada de bandera de carnavales así­ que Isla Grande estaba revuelta de gente feliz por todos lados.

A eso de las 3Am nos fuimos a dormir, cansados de tanto bailar, para levantarnos a las 8am muy entusiasmados y sin nada de sueño a subir nuestro Faro, antes, un desayuno en un restaurantito muy colorido, como todos los de la isla.

Seguimos caminando hasta subir el Faro. Hay que caminar al lado este de la isla, y justo donde está la entrada del Hotel Sister Moon (2009) se ve el camino hacia arriba. Desde aquí­ son unos 10 a 15 minutos hasta la cima, donde está el faro y una antena de comunicaciones.

Joel pensaba que era solo llegar a la parte de abajo del mismo, así­ que decidimos subirlo, no apto para claustrofóbicos o miedo a las alturas ni a lo oxidado, ya que es muy estrecho y las escaleras son en forma de caracol, pero al llegar arriba, HERMOSO. Isla Tambor, el punto de tierra más al norte del paí­s, hacia el sur los pueblos de La Guayra y Juan Gallego y más allá Isla Linton e Isla Cabra.

Estábamos admirados, mientras sentíamos que el viento movía el faro nos agarramos muy bien del hierro y tuvimos la sensación de que podíamos salir volando en cualquier momento.

Construido en 1894, es el faro más antiguo en Latinoamérica, más viejo que Panamá como Republica, de la Época del canal francés y considerado monumento histórico por la IALA (International Association of Lighthouse Authorities). Esta extraordinaria estructura metálica fue diseñada por Alexandre Gustav Eiffel­, el mismo que diseñó la torre Eiffel. Solo dos faros en América han sido diseñados por Eiffel; en Isla Grande (1894, Panamá) e Isla Mona (1895, Puerto Rico). En Toro Point (en Sherman, Colón) donde hay un faro (1894) gemelo al de Isla Grande.

Y la Islita de enfrente nos llamo la atención, sobre todo la parte de abajo donde se veía el mar  furioso, al parecer a Joel se le ocurrió una idea loca y esperó hasta bajar para decirnos.

Quería ir a arrojar su sortija de compromiso a la parte de atrás de Isla Grande, en frente de esa islita de piedra. Dijimos que No, pues se veía algo peligroso ir hacia allá: monte crecido, mucho lodo, pero Él se adelanto y se perdió en el follaje así­ que optamos por seguirlo, con algo de dificultad, pues andábamos en faldas y zapatillas no aptas. Pero después de pasar un montón de arbustos, espinas, ramas y raíces, lodo hasta las rodillas, llegamos al destino.

Allá fue Joel a tirar su sortija, y fue espectacular ver el mar tan bravo en su máxima potencia, invitándonos a entrar en Él para llevarnos sin compasión. Joel se cayó, pero como un “gran machote” no demostró gran dolor.

Caminamos de vuelta al pueblo y nos tomamos unas sabrosas pipas y como habíamos llevado nuestro propio licor, tuvimos que buscar una parte de la playa menos concurrida, ya que el lugar que pretendíamos había que pagar el descorche. Fuimos hasta La Punta, pues es muy atractiva, pero estaba llena de multitud y nos queríamos bañar juntos; no podíamos dejar nuestras pertenencias a la intemperie  por cautela.

Pero la esquinita que encontramos era muy placentera y la pasamos riquísimo. Ya a eso de las cuatro de la tarde llamamos al Sr. Chilo para que nos viniera a buscar a la Guaira y tomamos nuestra lancha de vuelta y ya Chilo estaba al encuentro, nos llevó a una cantina, una cerveza cada uno y de paso nos invitó a su casa una próxima vez a comer iguana. Hasta Heavy Metal bailó Chilo mientras conducía.

Tomamos un autobús Colon – Corredor en el cual llegamos en 1 hora a la terminal de Albrook y cada uno para su hogar.

Isla Grande es una experiencia gratificante.

https://mapsengine.google.com/map/edit?mid=zeS_JUmUX4_c.k7HmTGBPVu2M