Hace poco visité junto a un grupo de amigas, una isla que venía rondando en mi cabeza hace muchos años, ya que mi abuela paterna vivió su infancia allí: Otoque.
Salimos temprano hacia Punta Chame, donde desayunamos en un restaurante a orilla del mar. Esta parte de Punta Chame me es muy curiosa, por sus múltiples colores en los locales, la oferta en restaurantes y hostales y la hermosa vista que tiene de éste lado del Pacífico y montañas del Parque Nacional Altos de Campana.
Mateo ya estaba preparando la lancha mientras tomamos nuestro café.
Subimos a la lancha con un mar tranquilo, bordeando la punta para luego dirigirnos a Otoque. El paseo es genial. El mar profundo y azul eléctrico.
A pocos kilómetros de la ciudad de Panamá encontramos una joya de la etnografía cultural panameña: las comunidades Emberá en el Río Chagres.
En esta ocasión fuimos a la más alejada de las comunidades del Río Chagres: Emberá Drúa. Lo escogimos por la belleza que posee Alto Chagres, para nosotros mientras más lejos, mejor.
La rutina inicia abordando una piragua o cayuco, cada quien con sus respectivos salvavidas, indispensable en este tipo de viajes. Para casi todos nuestros viajeros, sería su primera vez en este tipo de transporte acuático, tan común para la etnia Emberá ya que su vida se desenvuelve en torno a los ríos, utilizan la piragua, canoa que construyen con madera de espavé, cedro, cedro espino, y pino amarillo.
Los Emberá del Chagres llevan muchos años dedicándose al turismo sostenible y han logrado posicionarse como un atractivo único para el turista al momento de visitar Panamá.
Las piraguas son piloteadas por un motorista y un indígena que va en la parte delantera indicando por donde tomar, midiendo profundidad y agilizando la piragua cuando se toman partes del río poco profundas.
Inmediatamente se aborda la piragua, empieza una aventura repleta de la más pura felicidad. Ellos, los indígenas, apenas se llega al puerto los puede divisar con su particular vestimenta, algunos utilizan falda de chaquiras y los más tradicionalistas utilizan taparrabos.
Dentro de la piragua todos los viajeros tiene que opinar sobre la hazaña que es dirigir la misma. Cuerpos esbeltos, macizos y de tez ocre dan paso a una habilidad aprendida de sus ancestros.
Cascada Quebrada Bonita
Al cabo de un rato, llegamos a un borde del río, donde luego de pasar un bosque primario de galería, llegamos a una cascada escalonada que llaman “Quebrada Bonita”, perfecto sitio para darse un baño en media selva.
De regreso en la piragua, divisamos la playa que se forma a orillas del Río Chagres, el mismo que fue llamado el río de los Lagartos por Cristobal Colón en el año 1502, por la cantidad de cocodrilos que encontró.
Cuando veo sitios como éste lo único que quiero es meterme, así sea me lleve el río, pero toca trabajar complaciendo a quienes conocen este maravilloso lugar por primera vez.
Una vez abordamos nuevamente la piragua, subimos rumbo a la comunidad de Emberá Drúa donde nos reciben con cantos, sonrisas y manos gustozas de nuestra presencia.
Cuando se creó el Parque Nacional Chagres en 1985, ya los indígenas de la etnia Emberá tenían 10 años establecidos en el Área de nombre “2:60” como se llamaba en los mapas del Canal de Panamá; luego de la creación del parque debieron acoplarse a un nuevo estilo de vida impuesto por las normativas del país, dentro de las que se limitaba el uso de tierra agrícola para subsistencia más no para comercio. Iniciaron así un giro 360 dedicándose exclusivamente a la artesanía.
Sin duda, ahora entendemos por qué gran parte de la comunidad está dedicada a la venta de delicadas y ricas artesanías donde el turista al llegar siempre desea haber llevado más efectivo.
¿Cómo cambiar la forma de vida de una cultura en la que esto es normal, para la supervivencia? El turismo fue su respuesta.
Iniciaron este proyecto en el año 1996, de la mano de autoridades locales y dejándose guiar para el éxito. Actualmente siguen funcionando de la misma manera como iniciaron “Tranchichi” o grupo arriero en español. Aquí las ganancias son para todos, desde el niño que toca el instrumento cuando llega el turista hasta las señoras que hacen el delicioso pescado con patacones.
Cuando preguntas a Mateo sobre la influencia del turismo en el lugar, te responde ” Turismo ha sido una buena idea para nosotros. Tiene un impacto mínimo al ambiente, pero tiene la sostenibilidad a largo plazo. Más importante que todo, el turismo ha causado una nueva vivencia en nuestra cultura y artes tradicionales. Somos orgullosos de quienes somos. Y somos orgullosos para compartir quienes somos con ustedes, nuestros visitantes. Son ustedes, nuestros turistas, que nos apoyan a vivir sosteniblemente esta vida especial. “
Luego de una interesante charla, bailes y comida, nos dimos un baño en aquel hermoso río cristalino con tonalidades verde aqua. No faltó quien se vistiera de Emberá, las chicas se ataviaron con parumas y chaquiras, así como coronas de flores.. o como yo, que aproveché para hacerme mi tatuaje de jagua.
En ésta ocasión avistamos cormoran neotropical (Phalacrocorax brasilianus), Garza tricolor (Egretta tricolor), de regreso vimos un Osprey (Pandion haliaetus) volando alto sobre el río, un clásico Caracara de cabeza amarilla(Milvago chimachima), una Jacana común (Jacana jacana), y en innumerables veces vimos Martín pescador (Megaceryle torquata) y (Chloroceryle amazona); uno disfruta hasta el último segundo viendo los grandes árboles de aquel bosque primario cuya responsabilidad de preservar cae en nuestros hombros y nuestras cabezas.
Siempre, ampliamente Feliz al ver a nuestros clientes serlo. Somos personas muy sensoriales y sabemos que a todos les fascinó. Alto Chagres siempre deja un buen sabor de boca y unas ganas inmensas de regresar y vivir una experiencia aún más profunda, quizás, chamánica.
Si usted desea conocer este sitio nos puede contactar al whatsapp 6592-9153.
Esta vez nos apersonamos a la presentacón de un nuevo libro de aves, la interesantísima Guía ornitológica y cultural a las Aves de Guna Yala que lleva 5 años de recopilación científica. Presentación en donde intervinieron el Dr. Eduardo Flores Castro y la antropóloga Dra. Ana Elena Porras. Pudimos conocer de cerca los responsables de esta magna obra como la directora científica del proyecto, la Dra. Mónica Martínez Mauri, Mr. George Angehr de quien hemos disfrutado anteriores tomos sobre aves y Yadixa del Valle coordinadora de Wagibler así como parte de sus miembros.
El libro fue publicado por el Programa de Pequeñas Donaciones, Programa de Naciones Unidas (PPD-PNUD) y dar a conocer información ornitológica y etnográfica y tiene como finalidad promover conocimiento científico, actividades turísticas responsables y sostenibles sobre las aves. [More]
Esta linda ave nos la hemos topado tanto en el jardín de la casa, como en el Parque Municipal Summit, de manera silvestre y en grandes cantidades en Chiguirí Arriba de Coclé.
El tucancillo collarejo que también le llaman arasarí acollarado en países como México, es un pequeño tucán con aspectos físicos semejantes a los de un paseriforme que se conocen comúnmente como pájaros, y a veces aves canoras o pájaros cantores. Los pájaros son el grupo de vertebrados terrestres más diversificado, con más de 5.700 especies identificadas). Según investigamos, su distribución va de México a Panamá y también es posible verlo en Colombia, Venezuela y Ecuador.
Este pajarito muy singular de ver en nuestros montes panameños, abarca todo el paÃs pero a menos de 1,600 msnm. A menudo se pueden ver con bandadas de otras aves muy parecidas a ellos, como los semilleros; es común verlos en el suelo comiendo y buscando semillas.
Presenta un claro dimorfismo sexual en el plumaje: El macho es de color negro azulado, con las partes inferiores de las alas blancas. Las hembras y los inmaduros son parduscos, con el vientre más claro y rayado, completamente diferente al macho en cuanto a color. El pico es anaranjado. Es muy pequeño, de unos 10 cm de largo, con pico cónico y puntiagudo; el macho es más lustroso, y la hembra más listada por debajo que los otros semilleros pequeños.
Acechan y forrajean entre la vegetación baja, donde no son visibles hasta que se espantan. Se alimentan de muchas semillas, con un suplemento de insectos y bayas. En ocasiones aterrizan sobre las carreteras pavimentadas para recoger cascajo y semillas pequeñas.