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Senderismo y Turismo Rural en Panama

Les tengo que confesar algo. Tengo miedo escribir. Me da miedo que gente sin escrúpulos vaya corriendo a buscar estos lugares para dejar su basura, escribir en las rocas y enterrar latas.

Hace 8 años la intención de este website era justo que la gente recorriera Panamá por su cuenta, que disfrutaran y descubrieran lo que tienen aquí­ a la vuelta de la esquina. Hoy día da es rabia. Caminan por “taquilla”, por ser “influencers”, por adquirir seguidores en redes sociales, dañan las vías de acceso, no dan ni los buenos días, no apoyan al poblador, etc. La taquilla fuese perfecta si dejaran los lugares tal como eran antes de que alguien, quien quiera que sea, haya llegado ahí­.

Llevo 2 semanas tratando de recabar información sobre este lugar y la procedencia del color rojizo de sus aguas, me refiero a información oficial.

Los lugareños cuentan que el color se debe a las raíces de una palma de escoba que hay en la cordillera, esas raíces pintan las aguas subterráneas que luego salen al Rí­o Colorado; otros divergen e indican que se debe a los minerales que ahí­ existen; la información es nula tanto en libros como en la red y lo único que encontramos han sido leyendas, mitos y habladurías.

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El día no pudo ser más perfecto, Madre Tierra estuvo con nosotros en todo momento pues la mañana estuvo despejada y hasta pudimos apreciar los cerros circundantes como Cerro Marta y Juan Julio, que forman parte del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera, creado en 1986 para proteger en aquel tiempo 6 mil hectáreas, que luego serían 25 mil.

 

Esta vez nos acompañaron varias personas nuevas realizando actividades de senderismo y nos sorprendieron al afrontar con éxito la hazaña de llegar al Tigrero y regresar. Una de las consignas de Enlodados es: todos llegaremos. Aquí no se trata de competencia ni de quien tiene más condiciones físicas, se trata de disfrutar al máximo cada paraje del camino y aprender del entorno y por supuesto: la recompensa.

En el camino descubrimos que el suelo del “túnel” estaba frío, característica de un suelo mineral aluvial (posiblemente alfisol) y al mirar hacia arriba notamos estar en un bosque primario adornado con fósiles vivientes como los legendarios helechos arbóreos, afinando el oído logramos escuchar aves saltarinas llamadas manakin (Chiroxiphia lanceolata).

La cascada nos recibió como de costumbre, una cachetada visual. Siempre una expectativa que es superada por la realidad y nos encanta, nos fascina ver el rostro de nuestros amigos cuando llegamos a un sitio como tal.

Sus aguas color turquesa nos daban la bienvenida, así como las mariposas morfo que en combinación, revoloteaban en el paraje y las ranas (Rhaebo haematiticus) comunes en El Copé, saltando aquí­ y allá.

Una cascada de ensueño para nosotros solos; puede sonar egoísta pero es que… ¿qué tiene de gracia ir a un lugar lleno de gente? y de paso, lleno de basura.

Nos metimos debajo del chorro, a disfrutar de los masajes naturales y a bucear en la gran poza de aguas transparentes. Evelyn y Lucía se agarraron de la roca, que con espacios estratégicos permití­a el agarre para disfrutar del chorro.

Pero la cerecita del pastel fue la cascada de arriba. Íbamos subiendo por un barranco pronunciado, Ana iba delante mío y la escuché gritar un “wow” y pa’ mis adentros dije “carajo”, eso debe estar hermoso. Segundos después me encontré frente a semejante belleza.

La cascada, escalonada; no muy alta y tampoco posee mucha profundidad pero lo impresionante es la perfección de la formación rocosa de basalto. Y en su suelo, andesita. Por lo tanto nos encontramos ante una formación volcánica de quien sabe hace cuantos años, acentuada por la erosión; Mauricio se acostó en uno de los asientos naturales, mientras Amilkar meditaba en otra roca, y así estuvimos largo rato contemplando su belleza.

Al bajar topamos con el gran Macedonio, épico guía local de las áreas del parque, el mejor de todos. Venía bajando de Cerro Marta sin una gota de sudor, como siempre.

Nos despedimos de El Tigrero y ya nos esperaba Lucero, el caballo que sería la compañía del regreso.

Al salir de la loma, nos esperaba un delicioso sancocho de las amables manos de la Sra. Marisol, quien junto a Samuel siempre nos recibe con su sonrisa amplia, una familia más en la sierra coclesana.

Casi sentándonos y cayendo el temporal de lluvia que combinada con el olor a fogón y la montaña en frente, convierte todo en un encanto. Cantamos el cumple de nuestra querida Ana, tomamos el café de la tarde o “el tintico” como le diría Dora y nos despedimos de Marta, ese hermoso lugar repleto de naranjas, allá arriba metido en la montaña…

Una dicha para nosotros mostrarles los rincones de esta patria, que es mucho más que noviembre. Patria, son tantas cosas bellas por caminar, por descubrir, por proteger y cuidar.

Muchas gracias a Ana, Hamza y Manuel por las fotos.

Partimos de la ciudad de Panamá a eso de las 2 de la tarde, la marcha fue directo a Penonomé donde nos abastecimos de lo último necesario; en el Copé nos esperaba el gran Macedonio, guía local del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera.

Luego de esperar los todo terreno en medio de una tertulia torrijista, abordamos los autos y nos fuimos rumbo a la montaña. Ya caía la noche y los locales me decían que iban cuatro días de lluvia pertinaz.

En el camino, con un fondo de Ulpiano Vergara, le comentaba tantas cosas al conductor “Fulo” en medio de mi emoción, que bajó el volumen y empezó a hablarme de su preocupación por la deforestación, en base a que la quema “de maldad” que hacen algunas personas al área de los pinos. Ya oscurecía casi por completo y en medio de la calle de piedras, saltaban conejos muletos (Sylvilagus brasiliensis) y aves motmot (Momotus momota) se escondían en sus refugios.

Llegamos a nuestro lugar de camping: una acogedora casa en medio del poblado de Santa Marta, que forma parte de El Copé, en el Harino, corregimiento del distrito de La Pintada en la provincia de Coclé.

Procedimos a armar el campamento y a encender las parrillas, que al final resultaron ser tres, de las cuales todos comimos. Al mirar al cielo, el firmamento estaba estrellado, agradeci ampliamente pues con esto, las probabilidades de lluvia al día siguiente eran pocas, y así­ lo fue.

Iniciamos la marcha a las 6:30am, tení­amos una idea breve de lo que nos esperaba, 14km y medio de camino difí­cil, dividido entre Cerro Escobal y Cerro Marta.

Bajamos al río Tigrero, lo atravesamos e iniciamos el camino hacia Cerro Escobal con rumbo al mirador, ahí nos topamos todos pues algunos se adelantaron, mientras Macedonio venía con el resto del grupo. A mi me salió “El Francisco”; el más de un año sin caminar como Dios manda, ¡Vaya loma!

Bajamos Escobal y caminamos por un bosque de galería en los alrededores de un potrero que culmina en un valle desde el que se veían claramente los cerros Marta y Juan Julio. En el potrero había un árbol de guaba, la Naturaleza siempre provee.

Me la pasé conversando todo el camino con Macedonio, me contó algunas de las versiones de lo que sucedió ese 31 de julio de 1981. Las siete personas a bordo, entre ellos el general Omar Torrijos Herrera, quien dirigió la dictadura militar del Panamá entre 1968 a 1981, fallecieron en el lugar.

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Camping y Ascenso al Cerro Marta, Parque Nacional Omar Torrijos, El Copé
22 de abril – al 23 de abril

Hora de salida: 1pm Terminal de Albrook. Favor ser puntual
Hora de regreso: domingo 23, aproximadamente 9pm Terminal de Albrook.
Del lado del super 99

Incluye:
Transporte privado/AA ida y vuelta desde Terminal de Albrook a El Copé
Transporte 4×4 hasta el sitio ida y vuelta
Area de Camping
Ascenso al Cerro Marta, avioneta y cima del mismo/ Dependerá de las condiciones climáticas
Visita a cascada Adyacente
Botiquín de Primeros Auxilios
Guía local

¿Qué llevar?
– Camping/Bolsa de dormir
– Agua (1.5- 2 litros por persona por día, camelbag opcional), bebidas rehidratantes
– Ropa para día y medio (Ropa para frío)
– Toalla ligera
– Vestido de baño
– Zapatillas o botas de trekking
– Cámara con su debida protección
– Medicamentos personales
– Pito/silbato
– Impermeable (época lluviosa)
– Repelente
– Lámpara (por si anochece)
– Baston (opcional)
– Comida: Sábado por la noche
Domingo: Desayuno/Cerro: emparedados, snacks, chocolate, etc.
Cena.
– Disposición para caminar, conocer, disfrutar.

Importante:
– Favor indicar antes de abonar a verificar si aún hay cupos y enviar foto de slip de depósito al mismo teléfono
# De cuenta Banco Nacional de Panamá: Ahorro 40004873560 a nombre de Mariel Ulloa
– Se guardará el puesto solo a quienes abonen.
– Este trip no es apto para niños menores de 18 años.
– Favor abstenerse en caso de padecer vértigo o acrofobia (cerro 1022 msnm aprox.)
_ Debe poseer buenas condiciones físicas.

Tipo de sendero: Ida y Vuelta
Distancia: Aprox. 14 kms
Duración de recorrido: 6 horas (ida y vuelta)
Aumento en Elevación: 693 msnm 
Altura max: 1046 msnm 
Nivel: Moderado – Difícil dividido en 5 áreas: La bajada, el valle, la subida, el avión y la cima. (Se suben 2 cerros)

Cerro Marta tiene aproximadamente 1022 msnm, posee bosques nubosos. De forma habitual se encuentran cubiertos por una fina neblina en forma de vapor de agua que, al chocar con la vegetación, se transforma en leve llovizna.

En el verano de 1981, una avioneta de las Fuerzas Aéreas Panameñas se estrelló contra la ladera del Cerro Marta. Las dificultades climáticas y el complicado acceso a la zona hicieron que se tardara un día en descubrir que el general Omar Torrijos Herrera, al igual que el resto de ocupantes de la aeronave, había muerto en la tragedia. Razón por la que se le llama así al área protegida, que fue creada en 1986. Los límites del parque recorren la cordillera que divide las aguas entre el Mar Caribe y el océano Pacífico y el punto de unión entre las provincias de Coclé, Colón y Veraguas.

Responsabilidad del viajero:
La selección de un viaje adecuado a sus intereses y habilidades, salud y condiciones físicas.
Traer siempre su cédula (ID), carné de seguro social.
Portar ropa y equipos adecuados.
Velar por la seguridad de las pertenencias personales que llevará en el viaje.
Ser responsable de sus propias acciones y no poner en riesgo la seguridad de los demás.
Cancelaciones y devoluciones:
La cancelación de inscripciones a viajes de pago debe ser realizada por la persona inscrita mediante whatsapp dirigido a Mariel Ulloa (6592-9153)
Las tasas de devolución son las siguientes:
• Cancelaciones 15 días naturales previos al viaje se reembolsará el 100% del importe de inscripción, excepto los gastos de gestión que pudiera ocasionar.
• Cancelaciones entre 15 y 7 días naturales previos al viaje se reembolsará el 50% del importe de inscripción, excepto los gastos de gestión que pudiera ocasionar.
• Cancelaciones con menos de 3 días naturales de anticipación no dará derecho a devolución alguna.
Las devoluciones se realizarán dentro de los 10 días laborales posteriores al viaje, por depósito a nombre de quien la realizó.

Hace un tiempo, estando por el área de Penonomé arriba, y acampando en un hermoso sitio, vimos el sol salir por encima de unas enormes rocas de un cerro imponente.

Tiempo después conocimos sus faldas, en lo que fue un viaje rápido y carnavalero por el sitio, que nos ahuyentó al sentirnos un poco raros, entre tanta multitud en estado etí­lico frente a chorro de aguas apacibles en medio de la montaña que años más tarde conoceríamos.


Algunos geólogos cuentan que el Turega es uno de los tantos domos o conos del volcán del Valle de Antón, estrato volcán gigantesco y aunque los factores erosivos lo han deformado, aún sigue siendo imponente.

Nos topamos con nuestra guía local, Vero, que creció en las faldas del Cerro Turega y conoce de primera mano todo a su alrededor. Curioso es que en la primera visita de Vero al cerro, fue mordida por una serpiente equis; ni esto impide que ella mantenga su devoción.

La comunidad es muy celosa de su recurso natural. Para subir el cerro es necesario ir con guía local, además debes solicitar un permiso con el líder del pueblo.

Es importante destacar que el sitio está¡ en vías de convertirse en una reserva hidrológica por lo que en un futuro no muy lejano estará regido bajo leyes que lo protegerán; y tiene lógica pues del cerro se desprenden caídas de agua estacionales que se pueden ver en época de lluvias desde la carretera, y chorros permanentes para disfrutar todo el año.

El Área protegida sería en Turega y Cucuazal como Reserva Hídrica, pues existe una gran cantidad de bosques con fuentes de agua y manantiales que abastecen del vital líquido a la población rural de Pajonal, Churuquita Grande y otros corregimientos.

Salen 9 acueductos de cada cerro (Sofre, Sofre Abajo, Aguela, Turega, Churuquita Grande, etc)

El plan ya se lleva a cabo y esperamos pronto ver en gaceta oficial del 2017 pues el Ministerio de Ambiente, junto con biólogos y representantes de la comunidad, unen esfuerzos para que sea una realidad y se pueda establecer una ley que proteja la biodiversidad que se ve amenazada con potreros y ganadería.

Alguna vez leí­ que el cacique Turega el padre de “Las Mozas” de donde proviene el nombre del famoso chorro del Valle de Antón, y que su hijo era “Chigoré” quien estuvo enamorado de “Zaratí­”, hija de “Penonomé”.

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